En Mataderos, Chicago pudo aguantar los embates del último campeón y volvió a rescatar un empate ante un equipo superior.
Ahora
empieza otra historia. Van 10 encuentros de esta nueva incursión de Chicago en
la máxima categoría y el equipo aun no ganó aunque pudo mostrar una mejora
notable desde el comienzo del período con Nania al frente.
Esta vez,
ante el último campeón, el Verde sufrió menos apremios que en La Boca pero al
igual que hace una semana, supo salir airoso de un encuentro que hace un par de
fechas era derrota consumada.
Sin
embargo, no perder hace que el equipo dime en confianza y resuelva su mayor
déficit, para empezar a trabajar en llegar al arco de enfrente con peligro para
el contrario. Las últimas dos pruebas no son medida para la regularidad del
torneo, por eso ahora comienza una nueva etapa.
La próxima
semana no habrá fecha (por las PASO en Capital Federal), lo cual cae como
anillo al dedo para seguir trabajando a futuro. El debut en la categoría y
jugar con tres de los cinco grandes fueron una prueba de fuego para este equipo
que, con buenas y malas, no se vio apabullado por nadie.
Ahora, con
más confianza, se en rendimientos individuales a la altura -Sanchez, Masuero,
Vera, Lemos volviendo a ser- más los aportes de jugadores que cumplen
-Solignac, Puch, Ruiz, Galarza- como para empezar a sustentar una base que no
se había logrado.
La vuelta
será ante Tigre, en un partido especial por los condimentos ya conocidos, en
donde Chicago tendrá la responsabilidad de ir en busca de la victoria, para
dejar atrás la mala racha y empezar a crecer sobre cimientos sólidos.
Pasaron dos
partidos que presagiaban goleadas en contra y nuestro arco se cerró en cero.
Será el momento de trabajar para afinar el lápiz y empezar a delinear un equipo
capaz y convencido de poder torcer el rumbo. Para empezar a respirar más aire
de Primera.
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