lunes, 8 de abril de 2013

N.Chicago 0 - Huracán 3: Sin excusas

Un Chicago derrotado animica y futbolisticamente volvió a padecer lo que ya parece una mala costumbre. En un partido con nulas situaciones de gol, cayó por goleada ante el Globo.

Ya está decretado el descenso. Lo decían esas caras incrédulas ante la falta de respuestas adentro y afuera de la cancha. Ese dolor, al tener que ver a los chicos de inferiores, algunos todavía sin la experiencia necesaria para este tipo de situaciones, tener que salir a poner la cara.


Chicago nunca le encontró la vuelta a esta Nacional B y cometió todos los errores posibles. No es casualidad que ostente el último lugar de la tabla desde hace más de una decena de fechas. Tampoco que sea el equipo más goleado. Mucho menos, ser el menos ganador del torneo, con tan sólo 5 victorias.


Es triste porque el ascenso épico se desmoronó como arena entre los dedos. Los refuerzos no

fueron acordes a lo que la situación requería (ni en Julio ni en Enero) y lo que más pena da es desaprovechar una ocasión en la cual solo descienden dos equipo. Pero Chicago hizo todo para irse. 

El partido de ayer vuelve a quedar como anécdota. Quizás es verdad que ese mano a mano no pareció offside y la historia hubiese podido ser distinta, pero últimamente  pase lo que pase, Chicago pierde. Porque se acostumbró a perder y contra eso no existe remedio. La goleada en contra muestra la falta de carácter para afrontar situaciones adversas, más teniendo en cuenta que, salvo un cabezazo en el PT que terminó en el travesaño, Huracán no pateó al arco. Lo hizo solo 3 veces y las 3 fueron adentro.


El Verde tampoco pateó. Intentó, como siempre intenta y eso es irreprochable, pero no sabe qué hacer con sus propias incapacidades. Los errores se acumulan, ya que más allá de la pifia de Monllor en el 0-1, la jugada deriva de un corner a favor que no llega a ingresar al área rival, cuando sumábamos gente en ataque. Así es imposible.


Párrafo aparte para Julio Serrano, que intenta borrar cualquier recuerdo bueno que uno ostente sobre su persona, con otra apática y preocupante muestra de desinterés por el juego colectivo y el sacrificio. Sin embargo, fue el que más cerca estuvo de romper el cero.


Una mezcla de sensaciones, aunque todas terminan en el desánimo. Lo único que se pide, de aquí al final, es empezar a proyectar ahora el nuevo torneo y terminar lo más decorosamente posible este paso en falso por la PBN. Aunque sea, en honor a la historia.


No hay comentarios:

Publicar un comentario