jueves, 15 de noviembre de 2012

N.Chicago 5 - Dep. Merlo 1: Efectividad al servicio

¿Existe una manera mejor que alejar los fantasmas que goleando y gustando? Chicago salió de invicto y consiguió su primer gran triunfo en el Nacional, haciendo justicia por mano propia con un pobre Deportivo.
Cinco goles que alimentan la esperanza...


Veníamos mal paridos. Algunos errores, otras falencias y una cachetada a cargo de uno de los candidatos calaron hondo en propios y extraños para iniciar la remontada. Ya no alcanzaban los empates primarios, los números empezaban a apretar y era hora de sacar el pecho ante la situación.

Era hora de ganar. Y no solamente se dio, sino que también, aparecieron fundamentos que no habíamos podido observar en las fechas previas en este nuevo campeonato. Está bien, la cara desmejorada del equipo del lejano Oeste fue la propicia para que Chicago supiera creerse el lugar que ocupa en la historia de esta categoría. Para revalidar los títulos.


Pero también (cuándo no) hubo tiempo para la duda. El Verde arrancó golpeando de arranque. Apenas iniciado el encuentro, el tiro libre desde mitad de cancha se ejecutó por lo bajo, Serrano mandó un pseudo-centro para la aparición de Gomez por detrás. El Gomito se la sirvió a Becerra y 1-0.



Más tarde, respondió Merlo, con un centro desde 35 metros que cayó en la mitad del área agarró a la defensa dormida para que García, de cabeza, decrete la igualdad. Pero supo pegar antes del final de PT: penal a Testa, gol del Gomito, para irse al descanso con la cabeza tranquila y en ventaja.

Quizás lo más destacado de la tarde haya sido la efectividad de Chicago, para pegar en los momentos justos. Apenas reanudado el partido, otra vez Becerra hizo justicia y clavó el tercero. Pero faltaba más. 


El local se aprovechó de las falencias defensivas del Charro y de la confianza que transmitía el marcador a favor. Primero, zapatazo de Ábalos que se coló en el ángulo izquierdo del arquero visitante y más tarde, Serrano, al mismo palo pero abajo, cerró la factura.


5-1 que ilusiona y demuestra que Chicago cuando quiere, puede.



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