domingo, 3 de junio de 2012

Platense 0 – N.Chicago 0: Todo en nuestros pies

Ante un gran marco de público, Chicago demostró que tiene con qué y aunque la serie está abierta, todo se define en Mataderos, con ventaja deportiva a favor.

Típico saludo inicial.
Domingo a la mañana, horario poco habitual y esa sensación de que todavía el día no terminó de despertar, pero ya había fútbol en Vicente López. Se enfrentaban (en la semi más interesante a entender de quién escribe) por historia, gente y palmares, los dos equipos más grandes de la categoría. Ambos con una propuesta similar, con tendencia ofensiva y buen pie, por lo que la promesa de buen fútbol estaba sobre la mesa.

El local, por su parte, más apremiado por la situación y con la responsabilidad de cargar con las acciones de gol, por contar con la desventaja. Los duelos previos (victoria en el mismo escenario de Chicago por 3-1 en la primera ronda y empate en 0 en Mataderos hace semanas) servían de poco y nada, ya que esta instancia impide demasiados análisis para hacer con los cruces previos.

En el arranque, el Calamar intentó hacer uso de sus volantes internos y externos, con buen dominio de balón y posesión mayoritaria del mismo. Aunque, con espacios, el que creaba las chances más netas de gol era el Verdinegro. Haciendo memoria, hoy se pecó de lo mismo que en partidos pasados, el Verde no estuvo fino a la hora de la definición.

Scifo tuvo la llave y no concretó.
Inquietó Platense, de manera desprolija y a los tumbos, por que iba con más ímpetu que ideas y la buena tarea de la última línea visitante dificultaba el normal desarrollo de ataque del Marrón. Tuvo su ocasión clara Molina con un cabezazo, pero supo responder con suficiencia Daniel Monllor.

Con esta idea planteada, lo que se abría como posibilidad de ataque para el de Mataderos eran las bandas, bien explotadas por Adrián Scifo en mayor medida y por José Ramírez Agudelo. Damian Lemos, en su vuelta, no sorprendía con su tendencia de trabar y correr todas en el medio pero el peligro claro nacía de los pies de Christian Gómez. Hubo pinceladas del 10 que, por fallar en la definición, no fueron determinantes.

La primera fue de cachetada, exquisita, dejando mano a mano a Scifo, que entraba con posibilidad de gol, mal anulado por supuesto offside. La segunda, por la misma banda, fue para Julio Serrano, quién despilfarró la jugada más neta, al definir largo tras buscar el segundo palo. Aquí hay que hacer una salvedad: si Chicago no tuvo más oportunidades, fue por la sorprendente falta de precisión del Negro, algo que siente el equipo.

Gomito, la cuota de claridad.
Leo Carboni luchaba contra el mundo y en una de ellas, tras ganar por izquierda, le dejó el gol a Scifo, que casi grita de carambola. Fue providencial la salvada del uno local para evitar la apertura del marcador. Así terminó la primera parte, con la sensación de que si el equipo de Franceschini afinaba sus detalles, tenía alta probabilidad de conquistar la victoria.

La segunda etapa fue otra historia. El local tuvo más actitud en el arranque pero se fue apagando de a poco y el cansancio empezó a pesar en los visitantes. Poco pudo generar Juan Vinaccia en su ingreso para cambiar la historia. Los minutos corrías y el Marrón no lograba vulnerar la resistencia verde, a su vez que Chicago no podía armar la jugada que le diera el triunfo. El reloj hacia lo suyo y no era mal negocio el empate para el poseedor de la ventaja. Tuvo que salir Matías Escudero por una contractura, para darle paso a Ariel Coronel. También tuvo sus (pocos) minutos Ezequiel Petrovelli, para intentar seguir de racha.

De esta manera se fue cerrando el partido abierto y la chapa marcó un empate en cero que deja todo por definir en la vuelta. Chicago estiró a tres la racha invicta de visitante e intentará seguir alimentando la de local, que ya ostenta de 18 encuentros sin conocer la derrota. Si se mejora la definición y se enciende el tándem Serrano-Gómez, seguramente, la final del Reducido estará mucho más cerca de concretarse.

Final en Vicente Lopez. Todavía queda mucho por jugar.

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