domingo, 26 de febrero de 2012

Brown (A) 2 - N.Chicago 1: Esas derrotas que duelen

Llegaba una prueba de fuego. Visitar Adrogué, cuna del mejor equipo de la categoría en la primera mitad del torneo, aquel que nos había derrotado en Mataderos con un penal sobre la hora. Era una prueba de fuerzas, para ver si Chicago podía aprovechar el andar irregular del local en esta reanudación (no había ganado en 2012) y prolongar todo lo bueno hecho ante Barracas, como también romper esa racha de visitante que contaba con un empate y dos derrotas.

A eso se enfrentaba el equipo de Mario Franceschini, ante el conjunto de Pablo Vicó. También serviría para evaluar las chances reales de nuestro querido Verdinegro en búsqueda de la proeza por arrebatar el primer lugar de la tabla (con todo lo complejo que eso conlleva). Vale destacar que este encuentro estaba destacado en nuestra travesía (ver acá). Condimentos sobraban: nunca pudimos ganar en Adrogué. La historia nos acomodaría en el rincón.

Castagno, autor del empate.
Ya desde el arranque el local fue más, con un Lemmo que, como siempre, demostró mucho más que lo hecho cuando vestía la verdinegra. Otra vez, el partido se haría cuesta arriba. Porque de entrada, con un gran centro de derecha, anticipado por el goleador Grecco, Brown se ponía en ventaja. Pero Chicago no menguaría su esfuerzo. Es más, el árbitro se deglutió un penal clarísimo a Castagno, el mejor del Verde en la primera parte. Pero tendría revancha el 8. Otra asistencia del Gomito Gomez, para que el volante por derecha pusiera las cosas igualadas en 1. Luego del empate, Chicago se cayó, Monllor se hizo figura pero la mala suerte otra vez más fue nuestra aliada, ya que con un gol en contra se cerraba la primera parte, una vez más en desventaja.

En los primeros minutos de la segunda parte, todo parecía definido. Penal para el local y un enorme Monllor nos daba una vida más. Chicago fue a por todo y Brown se refugió para bancar la escalada visitante. Entraron todos: Berón, Petrovelli, se quedó Carboni, Banegas para los centros pero nada. Incluso sobre el cierre Gomito no reaccionó para igualar las acciones. Antes, lo había perdido solo el goleador del equipo.

Nos quedamos con las ganas y con la sensación de que se pudo haber conseguido un resultado más favorable. La cuesta se hace más arriba pero con Chicago, nunca se sabe.

Gomito jugó y corrió, pero no alcanzó contra la "suerte" de Chicago.

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