La tarde de Domingo en Vicente Lopez se vestía de gala para recibir el encuentro entre los dos equipos más grandes de la categoría: por historia, convocatoria y trascendencia, Platense y Chicago son de una divisional mayor, pero este presente los encuentra casi en igualdad de circunstancias.
El de Saavedra tuvo un andar irregular, con un comienzo promisorio, un declive, y luego una inconstancia que lo ubica entre los puestos de la mitad de arriba, pero no definitivamente metido en la discusión de arriba. El de Mataderos llegaba en franco ascenso, con triunfo en 4 de los últimos 5 y queriendo re posicionarse luego de un mal comienzo de torneo.
Con esos condicionamientos, rodó la pelota y el primero que se hizo poseedor del balon fue el Calamar, aunque no pudo ser punzante ni preciso, como para desnivelar el juego a su favor. El verdinegro se fue acomodando con el correr de los primeros 15, para luego si, empezar a ser más protagonista, con un Lemos cada vez más referente, que corta los circuitos rivales y encabeza los ataques.
Cuando todavía no había riesgo, un horror defensivo del local, para que Carboni, que no da una por perdida, anticipe y tras una barrida cerca de la linea de gol, grite el primero. Las cosas arrancaban bien y seguirían mejor, ya que el Calamar no llegó a reaccionar en el transcurso del PT y antes de que muera la etapa, Julio Serrano calzó la bola fuera del área y la clavó en un angulo para estampar el 2-0.
Para mejor, a los 5 de la segunda parte, un testazo de Carboni ponía el tercero para empezar a liquidar el pleito. Chicago se paró de contra y esperó, cediendo la pelota, ante un Platense casi abatido, que sin ideas, igualmente tuvo la posibilidad de descontar, aunque no más que eso, ya que el trámite estaba resuelto y los tres puntos viajaban a Mataderos. Se vienen Morón y Sarmiento para terminar el año lo más arriba posible. El goleador del partido, a la salida dijo: Ganamos los primeros 3 de 9. Nos quedan 6. Que así sea.
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