El mediodía de Mataderos pintaba de manera ideal para poder conseguir eso que venía siendo esquivo hace algunos partidos: el rival, la localía, la gran cantidad de público y la última derrota en la misma condición, eran situaciones más que propicias para volver a la victoria, más el regreso como titular de Cristian Gomez.
Sin embargo, a unos pocos minutos del arranque, el panorama propicio se borró y nos dimos cuenta que la tarde pintaba más gris de lo que el sol mostraba. A los 8 minutos, una mala salida, la llegada a las espaldas de los defensores de Jose Luis Gomez y la definición alta contra un palo, ante la salida del 1 local. La defensa verdinegra penó durante toda la tarde e incluso estuvo a punto de regalar varios goles, ante la falta de claridad en las salidad. Si hasta Testa estuvo falto de confianza, reflejo de la realidad. Por otra parte, de mitad para adelane no inquietabamos, salvo algún toqueteo entre Gon¡mez y Serrano, con un Lemos perdido por derecha y por segunda vez, un Petrovelli irrelevante. Carboni demasiado solo arriba, fuera de partido.
Sobre el final de la primera parte, un dudoso penal para que Romero pusiera las cosas 0-2. En el ST las cosas no variaron demasiado, aunque intentó lavarse la imagen desde los cambios: afuera Lemos y Gomez, adentro Enriquez, que empezó a pesar sobre la derecha, a fuerza de desbordes y de juntarse con Serrano, y por izquierda Banegas, que hizo su mejor partido desde que llegó. Por último el ingreso de Berón le dió el picante necesario arriba. Y que rapido pagó Kuky: a los 25 ST un centro desde la izquierda; Scapparoni sale mal a descolgar el centro y el 18 de cabeza anotó el descuento. Después se estuvo cerca, primero con Enriquez, después con Serrano y más tarde lo perdieron Berón y Carboni en la misma. Por suerte, el 1 rival no tuvo una buena tarde y una avivada del 11 evitó la segunda derrota como local.
A través de titulares que no rindieron y suplentes que si, más un ajuste a conciencia de esquema (y un replanteo de actitud de algunos jugadores) podrá lograrse un 11 inicial más acorde y dejar de penar ante cualquier rival. Es cuestión de que Finarolli afine el lapiz y mueva la muñeca a tiempo, cosa que sabe hacer.
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