La noche del martes invitaba a una ilusión: poder despejar las dudas generadas tras las dos derrotas consecutivas, con una victoria como visitante ante un siempre díficil Estudiantes, que en las últimas temporadas peleó bien alto.
Si además de la esperanza verdinegra, se suma que el otro rival también juega, habían promesas de buen fútbol pero no: nada de eso sucedió. Ambos equipos fueron timoratos por momentos para buscar la victoria y se terminó evidenciando esto, en el conformismo por el empate. Chicago empezó manejando las acciones, comandadas por Castagno y Serrano, buscando al único punta (Carboni) ya que Petrovelli estuvo desaparecido. Con un par de chances, no pudo inquietar y fue el local quién terminó coqueteando con la apertura del marcador en el PT.
Si además de la esperanza verdinegra, se suma que el otro rival también juega, habían promesas de buen fútbol pero no: nada de eso sucedió. Ambos equipos fueron timoratos por momentos para buscar la victoria y se terminó evidenciando esto, en el conformismo por el empate. Chicago empezó manejando las acciones, comandadas por Castagno y Serrano, buscando al único punta (Carboni) ya que Petrovelli estuvo desaparecido. Con un par de chances, no pudo inquietar y fue el local quién terminó coqueteando con la apertura del marcador en el PT.
Patra la segunda parte, se evidenció el crecimiento del local, con un Scaporrino imposible para Scifo. Nuevamente, Chicago penaba por derecha (además de las lesiones) con un tandem Scifo-Vinaccia que definitivamente no funcionó. Cuando todo caía en la pasividad, Julio Serrano sacó un bombazo desde 30 metros para abrir el marcador y cambiar el partido: era momento de aguantar, jugar de contra y definirlo. Nada de eso pudo lograr el Verde, más alla del ingreso del Gomito, donde acumuló volantes, pero dejó muy solo al 9. Más tarde iría Banegas por izquierda, y un Castagno que buscaba equilibrar el otro costado, terminó lesionado. En tanto que el Pincha lograba el empate a manos de Montenegro (una vez más) y la cosa lentamente moriría así, ante el miedo general. Perdiendo por no ganar. El sábado en Mataderos vs Los Andes espera verse un timonazo anímico y de actitud, para poder encontrar el rumbo
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