martes, 30 de agosto de 2011

Barracas Central 2 - N.Chicago 1: Un rival inalterable

Chicago llegaba el sábado a Barracas nuevamente (tras la segunda fecha frente a Lamadrid) con dos goleadas a cuestas y demostrando que, sin brillar, contaba con un gran poder de fuego, un Petrovelli encendido (4 goles en 2PJ) un medio que por momentos se apoderaba de la pelota y la monopolizaba, y con el sector defensivo arrastrando 3 fechas sin goles en contra y varios puntos altos. 
Teniendo en cuenta que era la "primera" prueba de fuego para saber como estamos y para qué. El equipo de Kopriva era (y es) el rival indeseado, que rompe el juego asociado, impone respeto, y sabe con poco o mucho, poner en aprietos a su contrincante. Con estas consideraciones arrancó el match: el Verde pudo dominar la primera parte e imponer su juego, en busca de la apertura del marcador, el cual llegó tras un mal despeje, con Alfaro (segundo gol consecutivo) mandando la pelota por sobre el 1 local para abrir la cuenta. 
A partir de allí, se intentó seguir circulando el balón para aumentar la cuenta, cosa que, no sólo no sucedió, sino que, tras un centro por derecha y la carga de Matos sobre Gomez (que generó la caída de arquero) para el empate transitorio, ante la queja aireada de los verdinegros. Así terminó el PT y en la parte final, Chicago no pudo reponerse del golpe. 
La entrada de Pastor le dió juego por izquiera a Barracas, incluso aprovechando la entrada de Vinaccia que no pudo resolver el desafío. Por allí llegó el desborde y centro atrás, para que Matos nos vuelva a embocar de cabeza. Nada pudo cambiar la entrada de Enriquez y a eso le sumamos la salida por lesiones de Escudero y Testa. 
Tampoco salió la del final, con un tiro libre de Serrano que se fue cerca del ángulo de Elias. Primera derrota del conjunto, que tiene en el debe el reponerse de malos arranques o situaciones de juego (cosa que había logrado la anterior temporada) para no irse del partido y terminar derrotado.  
Fue una prueba desaprobada, pero no hay tiempo de reproches: el inesperado puntero Brown de Adrogue, con mucha confianza a cuestas, viene a Mataderos y luego hay que viajar a Caseros. Momento de ajustar las piezas y volver a resurguir. Hubo puntos interesantes, habrá que maximizar las virtudes y maquillar los errores. Se puede
 
 

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