jueves, 9 de junio de 2011

N.Chicago 3 - Barracas Ctral. 3: Un paso más

Llegar el martes a la Rep. de Mataderos no fue nada facil: no era un día más. Volvíamos nuevamente con la esperanza de no repetir el error de hace dos años (cuando con ventaja deportiva, y siendo el 1ro del reducido, perdimos como local frente a Defe y afuera ilusión), después de una temporada con pena y sin gloria (la 2009/10) y en el día de la presentación del libro del Centenario.

Un cúmulo de situaciones que bien podrían desvelarte (como a mí) más el día laborable, el horario y algunos factores más. Como siempre, el equipo fue acompañado en gran número y el recibimiento estuvo a la altura de las circunstancias. Tras unos primeros minutos de impresición (y no manejar la pelota), cerca de los 20, Pepe ensaya un centro frontal y uno de los centrales visitantes, la clava en un ángulo: 1-0 y un poco más de tranquilidad. De ahí en adelante, vimos al Verde que más nos gusta, metiendo, raspando pero con la pelota al pie, el vertiginoso ritmo que le imprimen los volantes en momentos determinados, y así nació la gran contra del segundo: escapada por derecha de Petrovelli, centro atrás y Carboni solo tuvo que soplarla para aumentar la diferencia. A partir de ese momento, locura en las tribunas (que lindo es poder escribir esto) y a esperar el final del PT, cuando solo Andazabal nos metía en un arco, con faltas más que dudosas.

El entretiempo transcurrió con esa sensación rara de que el partido estaba definido, cosa que a otros equipos le sucede pero a Chicago no. Para que relatar el inicio del prólogo: Primero Gonzalez, con un tiro desde el borde del área decretaba el 2-1 a los 9. y más tarde, Matos, a 20 del final, igualaba las cosas. Chicago no supo hacerse del balón, tuvo que pelear contra sus propias presiones y la del rival, hasta que la gente tomó las riendas, empujó (como solo nosotros sabemos hacerlo) y llegó la gran definición de Petrovelli (cuanto tardó esa pelota en caer) para poner las cifras 3-2.

Ahí si, deberíamos hablar de partido resuelto y empezar a pensar en el sábado, pero Matos, otra vez, sobre la hora, decretaba el empate de cabeza. El descuento fue eterno, pero el equipo aprendió de los errores, no cedió la pelota y esquivó el sufrir hasta el último segundo. Pasamos, tan solo eso, aunque es importante, falta mucho. El sábado volvemos a Mataderos a recibir a otro durísmo rival (Brown de Adrogue) que como Barracas, viene de punto y con mucha menos presión.

Será el momento de brindarle calma y aliento a los jugadores, y no transmitir nuestro nerviosismo hacia el campo de juego. El equipo ya demostró que dejara todo (más allá del buen o mal juego) para llevarnos hasta el final.

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